¡HOLA MUY BUENOS DÍAS!
HOY HABLAREMOS DE LA DOBLE JORNADA LABORAL DE LA MUJER
Durante muchos años, las mujeres estuvimos dedicadas únicamente a las labores del hogar y la familia, en la actualidad ha cambiado por completo y las mujeres, algunas por necesidad económica y otras por deseo de realización, tenemos que salir a trabajar sin que ello afecte en nuestras obligaciones primordiales, como es la atención al esposo y los hijos.
Definitivamente, cuando esto sucede tenemos que hacer un reajuste a nuestras vidas y preguntarnos cómo podemos facilitar nuestras labores, cómo lograr tener un espacio para nosotras mismas y, al mismo tiempo, ser eficientes en ambas labores.
OBJETIVO
Comprender que la mujer que realiza trabajos en casa y fuera de ella, necesita usar su creatividad y además contar con el apoyo de los que conviven con ella.
En los últimos años, la mujer ha pasado a formar parte de la fuerza laboral de nuestro país y, sin embargo, no ha dejado de ser el pilar en el que descansa la familia.
Los datos que nos proporciona el INEGI nos dice que 3 de cada 10 hogares en México son sotenidos exclusivamente con el ingreso de las mujeres.
Al ausentarse la mujer del hogar, surge una problemática especial: debe cumplir con su trabajo y además mantener la casa y la ropa limpia, cocinar, atender las necesidades físicas y emocionales de su esposo e hijos, cuando en realidad lo que desea al regresar a casa, es descansar, ser comprendida y apoyada.
Lo primero que tenemos que hacer es aceptar el hecho de que tenemos una doble jornada y que debemos organizarnos de tal manera que ello no nos agobie, buscando la forma de optimizar nuestro tiempo.
En la actualidad se promueve constantemente el trabajar en equipo; sin embargo, las mujeres nos cuenta delegar o compartir las responsabilidades con la familia, unas veces porque no encontramos respuestas en ellas y otras porque tendemos a ser sobreprotectoras o perfeccionistas, creyendo que solamente nosotras hacemos bien las cosas.
Cuando pedimos ayuda y no la obtenemos, tenemos una sensación de agobio y mal humor. Para evitar estas situaciones, debemos aprender a delegar en nuestro esposo o en nuestros hijos, si ya están en edad de podernos ayudar. Esto, lejos de hacerles un daño, es benéfico para su formación, ya que aprenden a ser responsables cuando adquieren obligaciones como tender su cama, guardar los útiles escolares, la ropa y los juguetes en su lugar. Aunque nuestra casa sea pequeña, tratemos de asignar un lugar a cada cosa, lo cual facilitará la organización del hogar.
En cuanto a las labores cotidianas como barrer, trapear o lavar, se puede repartir de acuerdo a la edad y habilidades de cada uno de los hijos; así, el más pequeño puede poner la mesa, mientras el hermano mayor barre la casa.
Es conveniente marcar rutinas como días para lavar ropa, para ir al mercado e inclusive para pasear, ya que la organización facilita el trabajo.
Antiguamente, el hombre solamente tenia la función de ser el proveedor de las necesidades materiales y sentía que no tenia obligaciones en las labores hogareñas; pero ahora que la mujer también recibe una remuneración económica y ayuda al sostenimiento del hogar, es necesario que el esposo se solidarice con ella y le ayude en la casa. Esto debe plantearse al marido como una colaboración de equipo y él debe comprender que ello no resta hombría.
Debemos aprender a organizarnos para facilitar nuestra vida de manera considerable.
Por ejemplo:
- Cocinar varios platillos el mismo día, separarlos en porciones y congelarlos puede sacarnos de un apuro en un día difícil.
- Poner a remojar la ropa horas antes de lavarla, facilitara nuestra labor.
- Coser el mismo día que notamos que le falta un botón o una bastilla descosida, evitara que se nos acumule la ropa en mal estado, proporcionando que no esté lista cuando se necesite.
- Guardar los documentos importantes como actas de nacimiento, matrimonio, bautizo, las cartillas de vacunación, los recibos pagados, etc. en un mismo lugar para facilitar que siempre podamos encontrarlos, sin perdida de tiempo.
- Hacer una lista de aquello que necesitamos comprar evitará que algo se nos olvide o que gastemos en algo que no necesitamos.
Otro punto muy importante es saber aprovechar todos los ratos libre, la hora de la comida, los trabajos en familia o el momento de dar las buenas noches para platicar con nuestros esposos e hijos. Hacerles sentir que a pesar de que tenemos muchas obligaciones, siempre tendremos tiempo para escucharlos, para abrazarlos y para hacerlos sentir muy amados.
CONTINUAMOS CON EL MENSAJE DE LA GRATITUD.
Los psicólogos han desarrollado varios métodos para aprender sobre la gratitud. Un planteamiento enseña los pasos como: (1) identificar pensamientos que uno tiene y que no son de agradecimiento; (2) formular pensamientos que apoyan la gratitud; (3) sustituir los pensamientos que no son de agradecimiento por aquellos que sí lo son; (4) traducir los sentimientos internos a una acción externa.
Otro médico, basado en llevar un inventario moral diario, utiliza el sentimiento de gratitud para ayudar a que la persona fomenten un crecimiento moral y un punto de vista positivo respecto a la vida. El primer paso en este método es reconocer que usted es una persona moral, una persona consiente. El siguiente paso es agradecer las bendiciones recibidas. Enseguida, lleve a cabo un autoexamen del día, luego decida iniciar algún cambio de comportamiento mínimo con el objetivo de acrecentar su madurez moral. Realizar el autoexamen en una forma auténtica y significativa nos conduce a un papel clave de gratitud. Suponiendo que usted se compromete a un inventario moral diario con la intención real de fomentar el crecimiento moral personal, experimentando gratitud y los estados de sentimientos positivos asociados a éste, como la humildad y empatía hacia otros, es mas que probable que aumente su sinceridad y determinación. La gratitud podría considerarse un "amortiguador" que modera la vergüenza, la pena u otras emociones negativas que podrían debilitar paulatinamente la honestidad con uno mismo.
A un cuando casi siempre sentir gratitud es experimentar un estado afectivo agradable, en ocasiones, puede requerir de un esfuerzo considerable. Los acontecimientos, las personas o las situaciones que son capaces de evocar gratitud fácilmente se puede dar por un hecho o hacerse a un lado en tanto contendemos con las provocaciones cotidianas de la vida y luchamos por regular los sentimientos negativos intensos. Aun así, desde el punto de vista de la psicología positiva, el hacer un compromiso personal por invertir la energía psíquica a fin de desarrollar un punto de vista global personal de la vida como un "don" o su ser mismo como una persona "con dones" contiene una importancia relevante. Esta idea también aparece en el trabajo y en los retiros de numerosos grupos religiosos, muchos de ellos bajo la influencia de los jesuitas, así como en las prácticas de muchos grupos de auto ayuda y organizaciones como Alcohólicos Anónimos.
En conjunto, dedicar tiempo diario para recordar momentos de gratitud relacionados incluso con acontecimientos mundanos, características personales o personas valiosas que conozcas, tienen el potencial para infundir en su vida un estimado significado personal, al mismo tiempo que alimentan una postura existencial fundamentalmente positiva.
NO, CUANDO ES ¡NO!
Joven, el programa de tu vida debe incluir un ¡no!, cuando es ¡no!
¡No al egoísmo!
¡No a la injusticia!
¡No al placer sin moral!
¡No a la desesperanza!
¡No al odio y a la violencia!
¡No a los caminos sin Dios!
¡No a la mediocridad!
¡No a la irresponsabilidad!
Juan Pablo II
Estuvieron con ustedes:
Mary Tere y Karla
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