martes, 22 de agosto de 2017

DERECHOS HUMANOS Y DERECHOS DE LOS NIÑOS

Hola muy buenos días:

       En el tema de hoy hablaremos de los derechos humanos y los derechos de los niños.


Todos los seres humanos somos iguales en dignidad y derecho. Este reconocimiento es el fundamento de la libertad, la justicia y la paz en el mundo. La defensa de los derechos humanos esencial para la construcción de una sociedad pacifica y para la protección de los individuos, los pueblos y las naciones. Por eso es preciso conocer los derechos que todos tenemos y saber también a quién acudir cuando esos derechos son violados.

OBJETIVO

Conocer que hay ciertos derechos que todos los hombres y mujeres tenemos y que se han declarado como "Derechos Humanos". Al conocerlos, poder detectar si esos derechos son violados y así exigir que se respeten.

Los derechos humanos son aquéllos que todos poseemos por el solo hecho de ser hombres o mujeres.

Estos derechos son inalienables e imprescriptibles y deben estar fuera del alcance de cualquier poder o influencia política.

La historia nos dice que, a través de los siglos, los derechos humanos se han visto constantemente pisoteados por los más poderosos. Esta situación se ha agravado tanto que los gobiernos han tenido que emitir leyes para proteger a sus ciudadanos.

La Declaración de los Derechos Humanos tiene su origen durante la Revolución francesa en el siglo XVII y no fue sino hasta 1948 cuando se promulgo la "Declaración Universal de los Derechos Humanos" que ha regido al mundo desde entonces.

Posteriormente se vio la necesidad de reglamentar la protección a los niños, debidos a los abusos de que eran objeto. La primera medida jurídica al respecto se tomó en 1924, después la Organización de las Naciones Unidas en 1945 aprobó la primera Declaración de los Derechos de los Niños, el 20 de noviembre de 1989, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) organizó una convención sobre los Derechos de los Niños, en la cual se aprobó ya formalmente la "Declaración de los Derechos del Niño" como hoy la conocemos.

Este tratado sin precedentes ha sido ratificado por casi todos los países del mundo. Esta Declaración explica los derechos de todos los niños y las normas a las que deben aspirar todos los gobiernos para fomentar su cumplimiento.

La premisa en la que se basó la Convención de los Derechos de los Niños es que todos los niños nacen con libertades que son fundamentales y con los derechos propios de todos los seres humanos. La Convención subraya y confirma la importancia de las familias y en particular de los padres y las madres en la protección de los derechos de la infancia.

A partir de la Convención se han dado pasos concretos para asegurar que los niños cuenten con los siguientes derechos:


  • El derecho a la identidad: En él se menciona que todo niño tiene derecho a un nombre y una nacionalidad, a conocer a sus padres y a ser atendido por ellos. Los gobiernos deben garantizar que se conserve la identidad de los niños con su nombre y apellido, su nacionalidad y sus lazos familiares; por ellos concluimos que es indispensable registrar a nuestros hijos en el Registro Civil, inmediatamente después de que nazcan.

  • El  derecho a una familia: el gobierno debe respetar los derechos y las responsabilidades de los padres para guiar a sus hijos durante las diferentes etapas de su vida. El hijo y la hija tienen derecho a vivir con sus padres, a menos que esto no les convenga. En caso de adopción, los niños tienen derecho a ser adoptados por una familia bien integrada y responsable que garantice su educación tanto moral como académica y en donde prevalezca el amor.

  • El derecho a la supervivencia: es decir, a contar con alimento, vestido, casa, atención médica, a ser protegido de las drogas, etc.

  • El derecho a la educación, al juego y a las actividades culturales: es la obligación de proporcionar a todos los niños la educación que sera gratuita y obligatoria en las etapas elementales; que la educación que se les imparta promueva el desarrollo pleno de su personalidad, su talento y sus capacidades físicas y mentales y que esta educación conduzca a la paz, la comprensión, la tolerancia y la igualdad entre los hombres.

En este inciso se trata también del derecho que tiene el niño de contar con tiempo libre para el juego y las actividades artísticas y culturales.



  • El derecho a la protección: que incluye obligación de cuidarlos en situaciones de emergencia, como conflictos armados y protegerlos de toda discriminación, explotación, crueldad, abuso de justicia, abuso sexual, secuestro y de toda forma de maltrato.
La Organización Internacional del Trabajo propuso además normas internacionales para poner fin a la explotación de los niños que realizan trabajos peligrosos, serviles, los dedicados a la prostitución y a la pornografía y a todos aquellos trabajos que atenten contra la dignidad y los derechos del niño.

  • El derecho a la participación en la sociedad: promover su participación en foros de consulta en los que los niños son invitados a emitir su opinión sobre los asuntos que más le preocupan y que deben ser resueltos por los adultos.
Es importante que estemos consientes y hagamos consientes a nuestros esposos y a nuestros hijos de nuestra dignidad como seres humanos y de que absolutamente nadie, ni nuestros padres, ni nuestro esposo, ni nuestros jefes y por supuesto, ninguna autoridad, tiene derecho a atentar contra nuestra integridad física o emocional; es decir, propinarnos golpes, insultos, amenazas, chantajes, etc.

Si alguien lesiona nuestros derechos o nos enteramos de que son lesionados los de alguien más, tenemos la obligación de denunciarlo a las autoridades competentes y posteriormente acudir a asociaciones que se dedican a defender los derechos humanos como: "La Comisión de Derechos Humanos", el Juez de lo Familiar, que podemos encontrar en algunas delegaciones, el DIF o cualquiera de las múltiples asociaciones que protegen a niños y mujeres maltratados.




LIBERTAD DE SER

A la edad de 42 años, Aurore Dupin, la famosa novelista francesa
del siglo diecinueve, quien había adoptado el seudónimo
masculino de George Sand para cubrir el hecho de que sus novelas
eran escritas por una mujer, era un ser humano destrozado y 
deprimido.

Su vida personal en ese momento se había desmoronado y era
víctima de la crítica de gente poderosa e influyente de Francia.

Cierto día, abatida y melancólica, deambuló hacia el bosque
cercano a su residencia, donde solía jugar de pequeña. Se sentó ahí
sobre una roca, reflexionó sobre su pasado y meditó sobre el
futuro, tratando de analizar su situación personal. Luego de unos
momentos, llegó a una conclusión que le permitiría continuar
escribiendo y generar cincuenta novelas más.

Su decisión fue ésta:

De aquí en adelante aceptaré lo que soy y lo que no soy.

Con mis limitaciones y donde continuaré aprovechando mi vida mientras
me encuentre en este mundo y aun después.

No utilizar mi vida, tan sólo eso, ¡significa la muerte!





Podrás quitarme la vida, pero no la libertad.
William Wallace


Estuvieron con ustedes:
                                      Mary Tere y Karla.

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