Hola buenos días los saluda Mary Tere de Vargas con el tema:
AMISTAD ENTRE HERMANOS ¿CÓMO LOGRARLA?
El que ha encontrado a un amigo, ha encontrado un tesoro.
El objetivo está en lograr un ambiente de armonía en l familia, que ayude a nuestros hijos a sentar entre ellos las bases de una sana comunicación y relación de amistad para toda la vida.
La amistad es uno de los mejores regalos de la vida; gracias a ella podemos percibir la relación humana como cercana, próxima y llena de comprensión. La amistad implica actos de benevolencia, confianza, intimidad, donación de sí mismo y de confidencialidad.
Respecto a la amistad leemos: "El amor es el plato fuerte en el banquete de la vida.... La amistad es el instrumento mediante el cual Dios revela a cada uno las bellezas de todos los demás".
La amistad entre hermanos teóricamente debería de surgir de manera espontánea; sin embargo, la convivencia es una prueba complicada en la que demostramos muchos aspectos de nuestra personalidad.
"La dificultad de la convivencia en los tiempos modernos-dice el eminente psicólogo Enrique Rojas- es que todos vivimos en un estado de desequilibrio e inestabilidad".
Efectivamente, son fuertes las presiones en el trabajo o en la escuela; es la rapidez con la que vivimos, amén del cúmulo de información, muchas veces negativa y amenazante, los factores que agobian al hombre y a la mujer actual.
La consecuencia es que la persona al llegar a su hogar, después de un día de labores, carece de la serenidad necesaria para tener una convivencia pacífica y enriquecedora.
El convivir no es fácil, implica esfuerzo importante de la voluntad y una capacidad suficiente para para poder vivir con otras personas de diferente edad y personalidad. Por eso muchas veces en la vida familiar surgen desavenencias, situaciones tristes y a veces hasta dramáticas.
Las relaciones humanas se inician desde que empieza la vida y es en el marco de la propia familia cuando se entablan las primeras relaciones de amistad entre hermanos. De niños jugamos con ellos y después, ya mayores, los hacemos participes de nuestras vivencias, compartiendo con los hermanos sueños, triunfos y fracasos.
Es importante, por lo tanto, que en nuestra casa exista ese "calor de hogar" que propicie un ambiente en donde las relaciones surjan cálidas, sinceras y en forma espontánea.
Cuando en el seno de un hogar se han cultivado situaciones en las que se aprende a "dar y darse" en beneficio de los demás, sin sentirse obligados o despojados, sino felices de colaborar con el bienestar del hermano, empieza a germinar la semilla de la convivencia acogedora. Es así como se está brindando a todos los miembros de la familia la oportunidad de empezar a saborear lo que es la amistad.
Así es como nace una relación natural, porque a los hermanos los une la confianza, el amor de los padres e intereses comunes, creando un ambiente propicio para su desarrollo emocional.
Sin embargo, algunas veces esa misma convivencia puede dificultar la amistad entre los hermanos al surgir celos, corajes, incomprensiones, pleitos, faltas de respeto, intolerancias, burlas y una serie de situaciones que todos, especialmente los padres, debemos evitar.
Es muy oportuno mencionar que los padres nunca debemos comparar a nuestros hijos, ni con un hermano, ni con un primo o amigo, ya que estaremos provocando en él un resentimiento difícil de olvidar.
Expresiones desagradables como: "deberías ser como tu hermano" o "¿por qué no eres tan cariñoso como tu hermana?" son palabras que además de lastimar al hijo, son un fuerte golpe a su autoestima, con el agravante de que, viniendo de sus padres, será doblemente doloroso.
Vamos a hacer un paréntesis para tratar un punto que no debemos olvidar: que la educación que proporcionamos a las niñas nunca, debe ser diferente a la que damos a los varones; tampoco pensar que son los varones los que deben tener mejores estudios porque: "al cabo ella se van a casar". Recordemos que ambos son seres humanos, con la misma dignidad y que deben tener las mismas oportunidades.
Muchas veces somos nosotras las madres las que propiciamos que esos patrones continúen. El trato injusto hacia las hijas produce en la vida de las jóvenes fuertes repercusiones que las afectan seriamente, por ejemplo: sentido de inferioridad frente al varón, una fuerte sumisión ante él, frustración al no poder realizar sus propias metas, resentimiento con sus padres que no le dieron las mismas oportunidades que a sus hermanos, etc. Si quieres que tus hijos más tarde sean verdaderos amigos, trátalos con justicia y equidad.
También aprendemos lo que es el valor de la amistad cuando entre hermanos/as compartimos objetos, prendas y espacios.
Es en la familia donde aprendemos a:
° Reconocer nuestro papel dentro del grupo.
° Darnos cuenta de lo que podemos aportar.
° Sufrir disgustos y desengaños y, sobre todo, a saber perdonar.
° Decir lo que pensamos y a oír lo que piensa el otro.
° Servir y a compartir.
Juan pablo II nos decía: "La familia es la escuela de más rico humanismo. Para que pueda lograr la plenitud de su vida y misión, el ser humano requiere un clima de benévola comunicación y unión de propósitos".
¿Cómo lograr la amistad entre hermanos?
° Procurando organizar y promover actividades que sean del gusto de los hijos.
° Fomentando la ayuda mutua y las tareas compartidas dentro del hogar.
° Permitiendo que un hermano acompañe a otro cuando está enfermo.
° Compartiendo en familia las penas y las alegrías, los problemas y los proyectos, los sentimientos y las experiencias.
° Riéndose juntos....
Divirtiéndose juntos.....
Comiendo juntos......
Rezando juntos......
DICCIONARIO
BENEVOLENCIA: Bondad.
FRATERNAL: Propio de hermanos.
INTERPERSONALES: Entre personas.
IMPECABILIDAD DE LAS PALABRAS
(CONTINUACIÓN)
Considera las relaciones humanas diarias, e imagínate cuántas veces nos lanzamos hechizos los unos a los otros con nuestras palabras. Con el tiempo, esto se ha convertido en la peor forma de magia negra: son los chismes.
Los chismes son magia negra de la peor clase, porque son puro veneno. Aprendimos a contar chismes por acuerdo. De niños, escuchábamos a los adultos que nos rodeaban chismorrear sin parar y expresar abiertamente su opinión sobre otras personas. Incluso opinaban sobre la gente a la que conocían. Mediante esas opiniones, transferían su veneno emocional, y nosotros aprendimos que esta era la manera normal de comunicarse.
Contar chismes se ha convertido en la principal forma de comunicación en la sociedad humana. Es la manera que utilizamos para sentirnos cerca de otras personas, porque ver que alguien se siente tan mal como nosotros, nos hace sentir mejor.
Hay una vieja expresión que dice: <<A la miseria le gusta estar acompañada>>, y la gente que sufre en el infierno no quiere estar sola. El miedo y el sufrimiento son un aspecto importante del sueño del planeta; son la razón de que es sueño nos continúe reprimiendo.
Si hacemos una analogía y comparamos la mente humana con un ordenador, el chismorreo es comparable a un virus informático, que no es mas que un programa escrito en el mismo lenguaje que los demás, pero con una intención dañina. Se introduce en el ordenador cuando menos te lo esperas, y en la mayoría de los casos, sin que ni siquiera te des cuenta. Una vez se ha introducido en él, tu ordenador no va demasiado bien o no funciona en absoluto, porque todo se lía y hay tal cantidad de mensajes contradictorios que resulta imposible obtener resultados satisfactorios.
El chismorreo entre los seres humanos funciona de la misma manera. Por ejemplo, empiezas un curso con un nuevo profesor; es algo que esperabas desde hace mucho tiempo. El primer día te encuentras con alguien que anteriormente asistió a ese curso y te dice: <<¡Ese profesor es un pedante y un pelmazo! No tiene idea, y además es un pervertido, de modo que ve con cuidado>>.
Las palabras de esa persona y las emociones que te transmitió cuando te hizo este comentario se te quedan inmediatamente grabadas; sin embargo, no eres consciente de qué motivos tenía para hacértelo. Quizás estaba enfadada por haber suspendido, o simplemente hacia suposiciones fundamentadas en el miedo y los prejuicios. Pero dado que has aprendido a ingerir información como un niño, parte de ti cree el chisme. Y en la clase, mientras el profesor habla, sientes que el veneno aparece en tu interior y te resulta imposible comprender que lo ves a través de los ojos de la persona que te fue con el chisme. Entonces, empiezas a hablar de ello con los otros integrantes del curso, hasta que acaban por ver al profesor del mismo modo: como un pelmazo y un pervertido. Realmente no soportas estar ahí, y de pronto decides dejar ir. Culpas al profesor, pero el culpable es el chisme.
Un pequeño virus informático es capaz de generar un lío de este tipo. Una mínima información errónea puede estropear la comunicación entre las personas e infectar a todos aquellos que toca, que a su vez contagian a más gente. Imagínate que cuando otras personas te cuentan chismes, introducen virus informáticos en tu mente que hacen que pienses cada vez con menor claridad. Después imagina que, en un esfuerzo por aclarar tu propia confusión y para aliviarte del veneno, tú también chismorreas y contagias estos virus a otras personas.
Ahora, imagínate que esta pauta prosigue en una cadena interminable entre todos los seres humanos de la tierra. El resultado es un mundo lleno de personas que sólo pueden obtener información a través de circuitos que están obstruidos por un virus venenoso y contagioso. Una vez más, este virus es lo que los toltecas denominaron mitote, el caos de miles de voces distintas que intentan hablar al mismo tiempo en la mente.
Aún peores son los magos negros o << piratas informáticos>> , que extienden el virus intencionadamente. Recuerda alguna ocasión en la que tú mismo (o alguien que conozcas) estabas furioso con otra persona y deseabas vengarte de ella. Para hacerlo, le dijiste algo con la intención de esparcir el veneno y conseguir que se sintiera mal consigo misma. De niños actuamos de este modo casi sin darnos cuenta, pero a medida que vamos creciendo, nuestros esfuerzos por desprestigiar a la gente son mucho más calculados. Entonces, nos mentimos a nosotros mismos y nos decimos que la persona en cuestión recibió un justo castigo por su maldad.
Cuando contemplamos el mundo a través de un virus informático, resulta fácil justificar incluso el comportamiento más cruel. No somos conscientes de que el mal uso de nuestras palabras nos hace caer más profundamente en el infierno.
(del libro los cuatro acuerdos)
Se despide de ustedes de ustedes Mary Tere de Vargas, les deseo un excelente día.. y recuerden "No difundir virus cibernéticos"
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