Muy buenos días hoy hablaremos de la actitud que nos lleva al éxito.
OBJETIVO: Reconocer que muchas veces los fracasos o los éxitos de nuestra vida dependen de las actitudes que tomemos frente a los problemas o situaciones que se nos presentan.
En ocasiones nos sentimos profundamente derrotados por las circunstancias cuyas causas casi siempre juzgamos ajenas a nosotros y culpamos a los demás de nuestros fracasos (padres, escuela, compañeros, novios, esposos, etc.) sintiéndonos victimas en lugar de reconocer que casi siempre somos los causantes de lo que sucede.
Es innegable que no siempre son las circunstancias o las experiencias que vivimos las que nos causan infelicidad o depresión, ya que en muchas ocasiones es la actitud que tomamos ante ellas lo que verdaderamente nos angustia. Por ello debemos hacernos responsables de nuestras actitudes y para ello es necesario que estemos convencidos de que somos "arquitectos de nuestro propio destino" ya que una misma situación enfrentada de diferente manera, nos proporciona resultados completamente distintos.
Toda persona puede modificar sus actitudes, no importando la edad o la situación a que tenga que enfrentarse y debe tener presente que realmente exista un cambio de actitudes, será necesario cumplir con las condiciones siguientes:
1) saber que es lo que se quiere cambiar.
2) estar convencido de que se quiere ese cambio.
3) poner los medios necesarios para lograrlo.
Un ejemplo podría ser el hecho de que al saber que soy tímido y se me dificulta tener amigos, sé que necesito cambiar esa actitud porque estoy convencido de que me conviene ese cambio y por ello pongo los medios necesarios y hago un esfuerzo por platicar con mis compañeros, organizar una reunión en mi casa, participar en las actividades de la oficina, etc; seguro de que con un cambio de actitudes, lograre mi propósito.
Cada uno de nosotros conocemos nuestras fallas y sabemos hasta que punto éstas son culpables de nuestros fracasos y de nuestra angustia, pero pocas veces estamos dispuestos a subsanarlas, porque esto implica tomar la responsabilidad y hacer esfuerzo.
El fracaso es muchas veces inevitable porque con frecuencia depende de causas ajenas a nosotros, pero lo que sí está en nuestras manos es la actitud que tenemos al enfrentarlo.
Pensemos que cualquier fracaso puede dejarnos una ganancia y ésta es la experiencia para procurar no repetirlo.
Podemos decir que aunque no hay una receta efectiva y general, hay ciertos pasos que pueden ayudarnos a superar nuestras fallas:
1.- Examinar nuestros pensamientos. Si mis pensamientos sobre las personas y los acontecimientos son destructivos, mis emociones serás forzosamente destructivas. Para actuar con optimismo, mis pensamientos deben ser optimistas, por lo cual debemos desechar todo pensamiento negativo, angustioso o depresivo.
2.- Examinar la forma en que nos relacionamos con los demás.
Si con frecuencia tengo problemas con las personas que me rodean, quizá sea hora de que los analice, ya que no es posible que todos estén equivocados y probablemente yo sea el que esta actuando erróneamente. Es preciso que examine si los problemas son debidos a mis actitudes o bien a la forma en que me comunico, es decir, si es mi conducta, lo que digo, lo que molesta a los demás y causa los problemas.
3.- Promover las actitudes y actividades positivas que nos hagan sentirnos satisfechos con nosotros mismos.
Podemos empezar por pequeñas prácticas como sonreír a la persona que tenemos enfrente, iniciar un diálogo amable con una persona desconocida e inclusive sonreír al espejo cuando estemos enojados, esto además denotará nuestro sentido del humor y relajará las tensiones, mostrando una actitud positiva.
No debemos esperar que la compresión, la apertura, el buen trato y la amabilidad, siempre parta de los demás, sino que debemos nosotros ser promotores de estas actitudes, recordando que son contagiosas y que nos conducen a un entorno más humano y agradable.
BIEN, LIBERTAD Y VERDAD
¡Hacer todo bien que sea posible!
Amar la libertad por encima de todo y,
aun cuando fuera por un trono,
no traicionar nunca la verdad.
Isaac Arriaga.
Soltar las riendas da miedo, pero la libertad tiene ese costo.
Estuvieron con ustedes:
Mary Tere y Karla
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