viernes, 19 de enero de 2018

"PADRES EDUCADORES EN LA FE"

19/ ENERO/ 2018


Hola buen día los saluda Mary Tere de Vargas.

Hoy nos vamos a enfocar en un tema que está muy de acuerdo con los viajes de su santidad a los países de Sudamérica, y que esta enfatizando mucho la unidad familiar, y a crecentar la fe en la juventud. Llegándoles en su mismo idioma con su modernismo,  wi-fi, contraseñas.  Si el a sus 81 años las puede entender todas ( y lograr tal acercamiento con los jóvenes), como no las vamos a entender nosotras, madres de familia las que están jóvenes y las que no lo estamos tanto, pero podemos aprender de ellos para estar más cerca de su forma de pensar.



        "PADRES EDUCADORES EN LA FE"


                                                           

   Muchos de los males de este mundo (drogas, hedonismo, promiscuidad sexual, aborto, etc) aparecen como manifestaciones de algo más profundo, que es la pérdida del sentido trascendente de la vida cuando nos olvidamos de Dios y de los valores sobrenaturales. Es precisamente en el hogar  donde se aprende a vivir las virtudes, especialmente las teologales: Fe, Esperanza y Caridad, a través de las enseñanzas y el ejemplo de los padres. 

    La fe es un don de Dios y El decidió que el ambiente familiar era el más adecuado para desarrollarla. La educación más eficaz y duradera es la que se recibe en la familia cristiana, tanto más eficaz cuanto esté respaldada por el buen ejemplo de los padres. 

   Para hacer cristianos a nuestros hijos no basta conseguir que aprendan de memoria las oraciones y las respuestas del catecismo, que observaban las normas y que practiquen los ritos, esto es necesario, pero sería inútil si no despertáramos en ellos la necesidad del amor de Dios. 

   Para ayudarnos en esta noble labor, contamos con las gracias necesarias que recibimos en el sacramento del Matrimonio para poder cumplir con ese derecho y ese deber que es educar a nuestros hijos en la Fe.

   Los padres tienen el derecho natural y la obligación de educar a sus hijos no sólo en el aspecto emocional e intelectual sino también en el moral y religioso que son de gran trascendencia. 

   La institución familiar es el ambiente adecuado para el desarrollo de la Fe en el niño, dentro de la familia, como en ningún otro ambiente, los hijos adquieren el sentido cristiano de la vida, que consiste tanto en el conocimiento de las verdades de la Fe como en la unión estrecha con Dios. La familia influye a través del ejemplo que nace de la convivencia y que actúa como fuerte factor educativo. Los padres con su palabra y con su ejemplo son para los hijos los primeros educadores y predicadores de la Fe.

   Cuando una madre está junto a la cama de su hijo y le enseña a rezar las oraciones de la noche, está cumpliendo con su deber de cristiana comprometida y de apóstol, principalmente dentro de sus familia. 

   A este respecto el Concilio Vaticano II nos dice: "... la familia cristiana, enriquecida con la gracia y los deberes del Sacramento del Matrimonio, debe enseñar a los hijos desde su más tierna, a que según la Fe recibida en el Bautismo, conozcan y adoren a Dios y amen al prójimo...."

    Los padres debemos aquilatar la trascendencia que tiene una familia verdaderamente cristiana como la base para la vida y el crecimiento del pueblo mismo de Dios.

   En las palabras del concilio Vaticano se señalan las tareas básicas que deben realizar los padres; llevar el conocimiento de Dios y de las verdades reveladas, enseñar a adorar a Dios en actitud agradecida y enseñarles a vivir el amor prójimo. 

   Los niños son receptivos y confiados y pueden tener Fe sin conocer las verdades reveladas, por ello es importante que conozcan el catecismo y las enseñanzas de la Iglesia aunque sea en una forma elemental, para que su devoción no esté basada en sentimientos, sino que los niños sepan que su religión está fundamentada en las enseñanzas de Cristo. 

   En el acto de Fe es preciso abandonarse a Dios, confiar en El más que en las propias fuerzas, aceptar su autoridad y ver su voluntad a través de las personas y de los acontecimientos. 

   La Fe es un conocimiento sobrenatural al cual no podemos llegar por nuestras propias fuerzas, pero Dios que nos llama, nos da su gracia para iluminar la mente y mover nuestra voluntad. 

   Para educar en la Fe se necesita: 

   a) Ser fieles a la Fe de la iglesia para transmitir el conjunto de verdades que hemos recibido. 

   b) Tener fortaleza para educar a la niñez y a la juventud en las virtudes humanas. 

   c) Luchar contra los obstáculos que se presentan y que muchas veces llegan hasta nuestros hogares para destruir nuestra Fe y debilitar las virtudes. 

   d) Reconocer los planteamientos contrarios al sentido cristiano de la vida que se presenta a través de los medios d comunicación, y en ocasiones en la misma escuela y que exaltan las ventajas del hedonismo y de no estar sujetos a valores o reglas que "limitan", amparándose en un falso concepto de libertad. 

   Debemos educar a los jóvenes para que adquieran la auténtica madurez humana y sobrenatural y sepan hacer uso de su libertad, ya que la influencia externa podrá convencerlos de que la felicidad está  en el bienestar, en la riqueza y en el desenfreno de las pasiones. 

   Para vivir un ambiente creyente en el hogar hay que fomentar la oración en familia, el amor al prójimo y las virtudes cristianas en general. Al acercarnos a los sacramentos, a la vida de oración y al considerar a Jesucristo como un Padre amoroso y como un amigo que nos comprende, estaremos predicando con el ejemplo. 

  Los padres que por causas ajenas a su voluntad, tales como muerte, separación, divorcio, etc. y que no cuentan con un cónyuge que los ayude en la educación en la Fe de los hijos, deben de hacer un doble esfuerzo por lograr inculcarles los principios de nuestra religión y darles una educación integral.  


" EL NIÑO ES ASÍ"


   Si el niño quisiera, podría volar ahora mismo al cielo. Pero por algo no se va. ¡Le gusta tanto echar la cabeza en el pecho de su madre, y mirarla sin descanso!

     
El niño sabe una infinidad de palabras maravillosas, aunque son tan pocos los que en este mundo entienden lo que él dice. Pero por algo no quiere hablar. Lo único que quiere es aprender las palabras de su madre. ¡ Así pone ese aire inocente!

     El niño tenía un montón de oro y perlas, y se vino a esta vida sin nada. Pero por algo vino así. ¡Pordioserillo desnudo, que se hace el desvalido para poder pedirle a su madre el tesoro de su afán!

     El niño era bien libre en la tierra de la lunita nueva. Pero por algo regaló su libertad. ¡Él sabe la alegría inmensa que cabe en el rincón del corazón de su madre, y cuánto más dulce que la libertad es el ser levantado y estrechado entre sus queridos brazos!

      El niño vivía en el mundo de la dicha perfecta y no sabia llorar.
      Pero por algo eligió las lagrimas.

      Porque si con su sonrisa se ganaba el corazón ansioso de su madre, su llanto lo ata a un doble lazo de ternura y amor.



Rabindranath Tagore.    








"Me centro en realizar <<pequeños>> cambios para conseguir grandes cambios"






Se despide Mary Tere de Vargas deseando tengan excelente fin de semana. 







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